01 marzo 2010

ZP, ETA y la Iglesia - II


Monseñor Setién


En la "II Asamblea" de ETA celebrada en Bayona (Francia) constataron que eran muchos los puntos en común que tenía ETA con el comunismo internacional, y precisamente de las dictaduras comunistas fue de las que, a partir de entonces, empezaron a recibir un importante apoyo logístico que ayudó a ETA a continuar avanzando en su idea totalitaria con respecto al pueblo vasco.

La “III Asamblea” de ETA, fue una asamblea que sería absolutamente decisiva para el desarrollo futuro de la organización. Ideológicamente, ETA iba a quedar marcada desde entonces por las obras del Che, de Mao y de la guerra de Argelia pero, de manera muy especial, por la manera en que semejantes conceptos se habían filtrado en Vasconia. Desde su punto de vista, Euskadi debía ser contemplada como una colonia española que tenía que ser liberada por las armas del yugo colonial como había sucedido ya con otras entidades similares en el resto del mundo.

Fue entonces cuando se tomó la decisión de que el terrorismo sería el mejor modo de llegar al fin político que pretendían. Gracias a Rodríguez ZP, el tiempo les ha dado la razón y ha abierto una puerta para la consecución de cualquier aberrante objetivo, También el terrorismo musulmán tomó nota del 11-M gracias a Rodríguez ZP.

Para facilitar esa tarea de liberación, ETA iba a adoptar una serie de medidas. La primera fue la de la aparición del liberado, un tipo de militante que se dedicaría a la acción política por entero en una situación de clandestinidad absoluta. Se trataba de una figura ya creada por Lenin y seguida lógicamente por los movimientos de liberación nacional de carácter marxista leninista. En paralelo, ETA iba a estrechar lazos con el KGB y a entrar en el organigrama de terrorismo antioccidental que se entrenaba en Líbano, Cuba, Argelia y otros países satélites de la URSS.

Pero no había nada que liberar. El País Vasco nunca fue un país independiente ni jamás se obligó a ese pueblo a formar parte de la nación española. Los habitantes del País Vasco comenzaron su andadura en común con el resto de los pueblos de España incluso antes de que Imperio Romano dominase por la fuerza a la península ibérica.

La "IV Asamblea" tuvo lugar en un lugar próximo al Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu, en Guipúzcoa, y en ella se aprobó definitivamente, y por mayoría, la realización de actos terroristas, decidiendo contestar siempre a la represión policial de estos actos mediante más terrorismo, es decir, en esta asamblea ETA decidió meterse de lleno en la más pura violencia.

La "V Asamblea", celebrada en marzo de 1967, se realizó en dos fases, la primera de ellas se celebró en la casa parroquial de Gaztelu (Guipúzcoa) y la segunda en la casa de ejercicios espirituales de la Compañía de Jesús, de Guetaria (Guipúzcoa),

A partir de la "V Asamblea", ETA definió su “socialismo revolucionario” como marxista-leninista y puso definitivamente en marcha su máquina de matar llamando "lucha armada" a lo que posteriormente fueron cientos de asesinatos de personas indefensas muertas por la espalda.

Como dato curioso hay que decir que la organización terrorista ETA "sólo" asesinó a 45 personas en los dieciséis años de su existencia durante la dictadura de Franco, y, curiosamente, al llegar la democracia a España fue cuando este grupo terrorista más intensa e indiscriminadamente se dedicó a matar a gente de todo tipo.

En los veintitrés años de democracia que discurren desde que terminó la dictadura franquista hasta el asesinato en Rentería (Guipúzcoa) del concejal vasco Manuel Zamarreño, en junio de 1998, la organización terrorista ETA asesinó a un total de 765 personas inocentes -siempre por la espalda- en nombre de un nacionalismo violento que la inmensa mayoría de los vascos no comparte. Es un dato realmente curioso que la actividad asesina de ETA se haya incrementado en un altísimo porcentaje, precisamente durante la democracia.

Muchos españoles no dejarán e preguntarse cómo puede un sacerdote conciliar el asesinato de personas inocentes con su ministerio religioso. No es esto lo que corresponde a quienes acudieron a la llamada del Señor para dedicarse en cuerpo y alma a Su servicio

Muchos españoles se preguntan qué clase de sacerdote es el que se niega a rezar una oración por que descanse en paz un guardia civil, un servidor de la ley asesinado en el cumplimiento de su deber.

Muchos españoles se seguirán preguntando qué hace un cura junto a esos asesinos que lanzan sus consignas puño en alto, olvidando que una vez conseguidos sus fines también serán sus verdugos.

Muchos españoles continuarán peguntándose cuales son los intereses que llevan a esos sacerdotes a pretender una Iglesia Vasca al margen de la Conferencia Episcopal Española y con línea directa al Vaticano.

Y muchos españoles se responderán que esos sacerdotes, malos sacerdotes, no tienen más que apetencias y ambición de poder. Exactamente lo mismo que esos políticos que pretenden independencia para poder manejar a su antojo las prerrogativas del poder.

Quizás debamos negar a ese clero vasco la inteligencia y caridad que Sabino Arana exaltaba y adjudicaba a los “bizkainos”, aunque por otro lado debamos reconocerles que son los verdaderos vascos, los que también Sabino Arana decía que eran los que vivían en las montañas, en un mundo aparte donde todo, hasta el folklore, se basaba en la fuerza bruta y en los sentimientos más primitivos.

No tengo reparo alguno en criticarlos y despreciarlos porque ellos no son discípulos de Cristo sino de Arana ya que anteponen el decálogo nacionalista a los diez mandamientos.

ETA no debe conseguir su premio a base de haber matado ni por dejar de hacerlo. La Iglesia –la genuina y sin envilecer– nos convenció de que la maldad tiene su castigo y en ello ciegamente debemos confiar.

Amén.

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