01 marzo 2010
ZP se inventa golpistas
Rodríguez, emocionado, envía un beso a los
nacionalistas que le han apoyado.
Aumentar la imagen para ver sus lágrimas.
Primero y utilizando a los medios de comunicación paniaguados, nos presentó la destitución del presidente hondureño Celaya como un golpe de Estado. Todavía, meses después y cuando las circunstancias y motivos se conocen de sobra, los medios afines al Régimen de Zapatero, incluida Antena 3 y Telecirco, siguen hablando de golpe de Estado cuando lo que se produjo fue una destitución ordenada por la Corte Suprema y el Congreso a causa de que el presidente incumplió su juramento y obligaciones.
Lógicamente, dado que Zapatero está incurriendo en esas y otras violaciones, quiere protegerse y justificar una actuación que le retrata y, consciente de ello, no quiere ni oír hablar del mandato constitucional que asigna a las Fuerzas Armadas la obligación principal de defender el orden constitucional y la integridad patria.
Rodríguez debería haber caído en la cuenta de que el Ejército hondureño ha cumplido con una orden del Tribunal Supremo avalada por el Congreso y que no ha tomado el mando reemplazando al poder civil, ya que no ha ocupado ni suprimido ninguno de los poderes del país, así que no puede hablarse de golpe de Estado.
Sin embargo, Rodríguez, con su característica demagogia progresista que salta por encima de razones y evidencias, afirmó durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU el 24.09.09, que en estos momentos "la firme defensa de la democracia tiene ante todo un nombre y un país, Honduras".
Y añadió rotundamente, con la autoridad y determinación que corresponde al gran líder mundial que es: "No vamos a aceptar un golpe antidemocrático, no lo vamos a aceptar y la democracia ha de volver a Honduras”
Este provinciano, originario de un país en recesión, el último en auténtico progreso y en plena recesión económica gracias a su analfabetismo económico, un país que encabeza todo aquello de lo que otros se avergüenzan, como ser los primeros en contagios del sida, en consumo de cocaína, en fracaso escolar, en destrucción de empleo, en aborto de menores y en tantas otras cosas que merecerían su atención, viene ahora a dárselas de líder mundial: “No vamos a aceptar un golpe antidemocrático”.
Este impresentable de tonta sonrisa ha tenido la desfachatez de pedir en la ONU el regreso de Celaya y la vuelta a la democracia, al parecer rota por quienes cesaron a un presidente corrupto. Pero no ha tardado mucho en quedar en ridícula evidencia.
Un informe del servicio de investigación de la Biblioteca del Congreso de EEUU, realizado por juristas, en el que se analiza cuidadosamente las causas de la salida de Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras el pasado 28 de junio 09 concluye que lo que ocurrió en Honduras no fue en ningún caso un "golpe de Estado", tal y como la gran mayoría de medios de comunicación lo han calificado, y que la destitución de Manuel Zelaya al frente de la presidencia fue totalmente legal y de acuerdo con la Constitución hondureña.
El informe apunta que el Congreso de Honduras tiene la última palabra cuando se trata de interpretar la Constitución" y agrega que "además, tiene la potestad de condenar al presidente y reemplazarlo en una situación en la que no es capaz de cumplir con sus obligaciones".
Además, señala que la Corte Suprema estaba en perfecto derecho de pedir a los militares que arresten a Zelaya. "Esta corte superior, que tiene competencia constitucional para juicios contra el presidente y otros funcionarios de alto rango, también reconoció la destitución de Zelaya por parte del Congreso", subraya.
Por último, el informe termina apuntando que la sucesión de Zelaya se realizó correctamente ya que no existía vicepresidente –Elvin Santos dimitió para poder presentarse como candidato por el Partido Liberal– y por eso Micheletti fue correctamente elegido ya que era presidente del Congreso.
Después de esto, tanto Rodríguez, el presidente español, como los periodistas y medios que siguen sus consignas deberían dimitir por incompetentes. El primero por los mismos motivos que fue destituido el hondureño –perjurio, sectarismo y traición, además de otros– y los periodistas por usar los medios sectariamente según convenga al “Gobierno” que les subvenciona y paga, en lugar de limitarse a informar imparcialmente.
Y con todo ello a sus espaldas se va a la ONU a dar lecciones de democracia aunque, en realidad, mejor parece que ha ido a buscar apoyos contra un hipotético “golpe de Estado”, es decir, contra la posibilidad de que los militares, en ausencia del Rey, le recuerden que están aquí para evitar que algún desaprensivo regale trozos de España que son de todos y le obliguen a dar marcha atrás, si todavía es posible.
Pero es que esta gente están acojonados por todo lo que están haciendo para mantenerse en el poder y ven golpes de Estado donde no los hay. Nombrarles el Artículo 8º de la Constitución es nombrarles la bicha.
nacionalistas que le han apoyado.
Aumentar la imagen para ver sus lágrimas.
Primero y utilizando a los medios de comunicación paniaguados, nos presentó la destitución del presidente hondureño Celaya como un golpe de Estado. Todavía, meses después y cuando las circunstancias y motivos se conocen de sobra, los medios afines al Régimen de Zapatero, incluida Antena 3 y Telecirco, siguen hablando de golpe de Estado cuando lo que se produjo fue una destitución ordenada por la Corte Suprema y el Congreso a causa de que el presidente incumplió su juramento y obligaciones.
Lógicamente, dado que Zapatero está incurriendo en esas y otras violaciones, quiere protegerse y justificar una actuación que le retrata y, consciente de ello, no quiere ni oír hablar del mandato constitucional que asigna a las Fuerzas Armadas la obligación principal de defender el orden constitucional y la integridad patria.
Rodríguez debería haber caído en la cuenta de que el Ejército hondureño ha cumplido con una orden del Tribunal Supremo avalada por el Congreso y que no ha tomado el mando reemplazando al poder civil, ya que no ha ocupado ni suprimido ninguno de los poderes del país, así que no puede hablarse de golpe de Estado.
Sin embargo, Rodríguez, con su característica demagogia progresista que salta por encima de razones y evidencias, afirmó durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU el 24.09.09, que en estos momentos "la firme defensa de la democracia tiene ante todo un nombre y un país, Honduras".
Y añadió rotundamente, con la autoridad y determinación que corresponde al gran líder mundial que es: "No vamos a aceptar un golpe antidemocrático, no lo vamos a aceptar y la democracia ha de volver a Honduras”
Este provinciano, originario de un país en recesión, el último en auténtico progreso y en plena recesión económica gracias a su analfabetismo económico, un país que encabeza todo aquello de lo que otros se avergüenzan, como ser los primeros en contagios del sida, en consumo de cocaína, en fracaso escolar, en destrucción de empleo, en aborto de menores y en tantas otras cosas que merecerían su atención, viene ahora a dárselas de líder mundial: “No vamos a aceptar un golpe antidemocrático”.
Este impresentable de tonta sonrisa ha tenido la desfachatez de pedir en la ONU el regreso de Celaya y la vuelta a la democracia, al parecer rota por quienes cesaron a un presidente corrupto. Pero no ha tardado mucho en quedar en ridícula evidencia.
Un informe del servicio de investigación de la Biblioteca del Congreso de EEUU, realizado por juristas, en el que se analiza cuidadosamente las causas de la salida de Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras el pasado 28 de junio 09 concluye que lo que ocurrió en Honduras no fue en ningún caso un "golpe de Estado", tal y como la gran mayoría de medios de comunicación lo han calificado, y que la destitución de Manuel Zelaya al frente de la presidencia fue totalmente legal y de acuerdo con la Constitución hondureña.
El informe apunta que el Congreso de Honduras tiene la última palabra cuando se trata de interpretar la Constitución" y agrega que "además, tiene la potestad de condenar al presidente y reemplazarlo en una situación en la que no es capaz de cumplir con sus obligaciones".
Además, señala que la Corte Suprema estaba en perfecto derecho de pedir a los militares que arresten a Zelaya. "Esta corte superior, que tiene competencia constitucional para juicios contra el presidente y otros funcionarios de alto rango, también reconoció la destitución de Zelaya por parte del Congreso", subraya.
Por último, el informe termina apuntando que la sucesión de Zelaya se realizó correctamente ya que no existía vicepresidente –Elvin Santos dimitió para poder presentarse como candidato por el Partido Liberal– y por eso Micheletti fue correctamente elegido ya que era presidente del Congreso.
Después de esto, tanto Rodríguez, el presidente español, como los periodistas y medios que siguen sus consignas deberían dimitir por incompetentes. El primero por los mismos motivos que fue destituido el hondureño –perjurio, sectarismo y traición, además de otros– y los periodistas por usar los medios sectariamente según convenga al “Gobierno” que les subvenciona y paga, en lugar de limitarse a informar imparcialmente.
Y con todo ello a sus espaldas se va a la ONU a dar lecciones de democracia aunque, en realidad, mejor parece que ha ido a buscar apoyos contra un hipotético “golpe de Estado”, es decir, contra la posibilidad de que los militares, en ausencia del Rey, le recuerden que están aquí para evitar que algún desaprensivo regale trozos de España que son de todos y le obliguen a dar marcha atrás, si todavía es posible.
Pero es que esta gente están acojonados por todo lo que están haciendo para mantenerse en el poder y ven golpes de Estado donde no los hay. Nombrarles el Artículo 8º de la Constitución es nombrarles la bicha.