01 marzo 2010

ZP y la foto de las Azores


Le ríe las gracias al nuevo dictador rojo
cuando los demás le vuelven la espalda.



Es penoso. Resulta patético comprobar como la progresía sigue utilizando la foto de las Azores y la guerra de Iraq para arremeter contra Aznar y de rebote contra la derecha a pesar de que todos sus argumentos han quedado desacreditados de forma irrebatible, incluso por ellos mismos.

Recordemos que la participación de nuestros soldados en la posguerra –nunca en la guerra– se limitaba a la ayuda humanitaria, incluyendo labores de reconstrucción y de mantenimiento de la paz necesaria para poder convocar unas elecciones libres y democráticas, en colaboración y dentro de una coalición de 31 países no combatientes (*). La guerra la llevaron a cabo los EE.UU. y Gran Bretaña con la colaboración de otros países y como tal fue un éxito, no exento de dificultades.

La guerra oficial contra el régimen de Sadam duró seis semanas (20 de marzo–1 de mayo de 2003). Lo que vino después no es más que la posguerra pero de ello no puede hacerse responsables más que a la acción terrorista –llamada “la resistencia” por la izquierda– que pone bombas en los mercados todos los días y centrada inicialmente en el denominado “Triángulo Sunni” del centro de Iraq, formada por aquellos que habían gozado de todos los privilegios durante el mandato de Saddam. Más tarde se fue organizando también en el norte y el sur del país en forma de guerrillas para ser alimentadas posteriormente desde el exterior con fanáticos que se oponen a un régimen democrático. Los líderes religiosos musulmanes no quieren perder su hegemonía y control político, jurídico y religioso de la población y se resisten a que las cosas se hagan por decisión de la mayoría. La población civil de Iraq, víctima en su mayoría de la política represiva de Sadam, acogió sin oposición el derrocamiento del dictador aunque, por otro lado, estalló la violencia interétnica, expresión de un problema nacional estructural que Iraq arrastra desde su creación.

Sin embargo y a pesar de que los primeros españoles fueron enviados a Irak –llegaron el 30 julio 2003– una vez conseguidos todos los objetivos militares fijados en la guerra y que lo hacían en la posguerra dentro de una coalición internacional con la única finalidad de prestar una ayuda humanitaria imprescindible, nunca fue reconocida por ZP y los suyos como «”misión de ayuda humanitaria y restablecimiento de la seguridad”» siendo además calificada reiteradamente de «“ilegal”» por ellos, quienes afirmaron además que las resoluciones de la ONU no amparaban en ningún momento nuestra presencia en Irak, que siempre fue vituperada y considerada como de fuerzas invasoras participantes en una guerra ilegal. Bajo esa calificación fueron retiradas nuestras tropas en cuanto ZP ascendió al poder por designio del terrorismo islámico que había tomado nota de tales intenciones pregonadas anticipadamente a los cuatro vientos desde la oposición. Ahora estamos en Afganistán haciendo lo mismo que en Irak, aunque en realidad metidos hasta el cuello en la guerra y prohibiendo a nuestros soldados pegar tiros, para disimular.

Pero apenas seis meses después, el Gobierno zapateril elaboraba un documento para acompañar al «“Real Decreto Ley sobre indemnizaciones a los participantes en operaciones internacionales de paz y seguridad”» – que fue aprobado el 5 de noviembre 2004 por el Congreso de los Diputados, donde se decía –página 20 de la memoria económica– que la participación española estaba amparada por las resoluciones 1441, 1483 y 1511 de la ONU y que tenía la misión de ayuda humanitaria y restablecimiento de la seguridad.

Tal reconocimiento del Gobierno socialista, que legitimó la intervención española en Irak, fue recogido por “El Mundo” de fecha 29-11-2004 pero no tuvo la repercusión que merecía por parte de los demás medios –mayoritariamente vendidos a los favores gubernamentales– y hasta el propio Gobierno socialista ha seguido insistiendo después en la ilegalidad de dicha participación, olvidando cuanto decía el texto aprobado en el Congreso.

Vale la pena repetirse. Por la resolución 678, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el uso de la fuerza en contra de Irak para expulsarlo de Kuwait y restaurar la paz y la seguridad en la región. Así quedo autorizada la llamada “Guerra del Golfo”.

Más tarde, en la Resolución 687, que establece las condiciones del cese el fuego tras la Operación Tormenta del Desierto, el Consejo de Seguridad impuso obligaciones continuas a Irak para eliminar sus armas de destrucción masiva al objeto de restaurar la paz y la seguridad internacionales en la zona. La Resolución 687 suspendía pero no daba por terminada la autorización para el uso de la fuerza bajo la Resolución 678. Es decir, dejaba en suspenso la guerra –alto el fuego y no armisticio– con la condición de que Irak se desarmase.

Pero el quebranto material de la resolución 687, al no desarmarse ni dar facilidades para su comprobación, restableció la autorización para el uso de la fuerza bajo la Resolución 678.

En la Resolución 1441 el Consejo de Seguridad determinó que Irak estaba infringiendo y seguía quebrantando la Resolución 687 porque no cumplía con sus obligaciones de desarmarse bajo dicha resolución. Igualmente, la Resolución 1441 le daba a Irak una oportunidad final de cumplir con sus obligaciones de desarme y le advertía de serias consecuencias en caso de no hacerlo. El Consejo de Seguridad también decidió en la Resolución 1441 que si Irak no cumplía con y no cooperaba plenamente en la aplicación de dicha Resolución, ello constituiría una violación más de todas las obligaciones y advertencias.

Finalmente, tras últimos intentos para conseguir que Irak facilitase a los inspectores de la ONU las investigaciones requeridas en lugar de ponerles trabas o expulsarlos, después de haber incumplido hasta 16 resoluciones de la ONU y haber estado intentando llevar a cabo las inspecciones durante 12 años, quedó claro que la Resolución 1441, como las anteriores, se continuaba infringiendo y que las condiciones establecidas para el alto el fuego no se habían cumplido, por lo que la autorización para el uso de la fuerza bajo la resolución 678 quedó renovada después de doce años de intentos pacíficos y el alto el fuego decretado en la Guerra del Golfo podría quedar abolido y reanudarse el conflicto armado.

Posteriormente, ante el antagonismo de Francia y Alemania, se intentó conseguir una nueva autorización, aunque no era necesario. La Resolución 1441 podría haber contenido la necesidad de una nueva resolución para sancionar nuevamente el uso de la fuerza si llegaba el caso, pero lo único que la Resolución 1441 requería era informar al Consejo de Seguridad sobre el incumplimiento de Irak, pero no una resolución adicional expresa que renovase la autorización para el uso de la fuerza. Los textos de las citadas resoluciones se encuentran en Internet al alcance de todos.

Desde que el primero gobierno socialista de Felipe González llegó al poder, hemos conocido más de un centenar de guerras –en el primer lustro de los noventa murieron casi 5 millones y medio de personas– y ninguno de esos conflictos mereció ni siquiera un comentario de quienes no han reparado en medios ni mentiras contra la de Irak. Antes de Irak nunca jamás el socialismo se había manifestado contra la guerra. Después de Irak tampoco.

Y todo esto ¿a qué viene a cuento ahora?

Pues sencillamente a que ZP y su esperpéntico ministro Moratinos nos regalan de vez en cuando fotografías bastante más vergonzosas que la de las Azores y mendigan por los pasillos una foto con cualquier líder internacional que les proporcione alguna imagen que haga creer a los españoles en la importancia internacional de este gobierno tan despreciado y con tal imagen de vendepatrias que ha de hacerse publicidad como “Gobierno de España”.

Las fotos de Moratinos con el cabecilla gibraltareño, el equivalente a un alcalde de pueblo –28.000 habitantes, similar a la de Arcos de la Frontera, por ejemplo– reconociéndole estar al mismo nivel que la nación española y negociando de tú a tú o la más reciente compadreando con el gorila rojo venezolano, repudiado por todos los gobiernos democráticos, son una prueba de las vilezas y traiciones de ZP que dejan a la foto de las Azores –demostrada cual fue nuestra participación en Irak– como ejemplo de infame manipulación.

Estas son sus fotos de las Azores. Pero en este caso auténticamente ignominiosas.



NOTA:

(*) Países que no participaron en la guerra pero que incorporaron posteriormente contingentes militares para ayuda humanitaria y mantenimiento de la paz.

1. Italia: 3.000 soldados
2. Polonia: 2.460
3. Ucrania: 1.600
4. España: 1.300
5. Países Bajos: 1.100
6. Australia: 800
7. Rumanía: 700
8. Bulgaria: 480
9. Tailandia: 440
10. Dinamarca: 420
11. Republica checa: 80 (policías)
12. Honduras: 370
13. Salvador: 380
14. República Dominicana: 150
15. Noruega: 179
16. Mongolia: 160
17. Azerbaiyán: 150
18. Hungría: 300
19. Portugal: 128
20. Letonia: 120
21. Filipinas: 80
22. Eslovaquia: 102
23. Albania:70
24. Georgia: 70
25. Nueva Zelanda: 61
26. Lituania:118
27. Moldavia: 50
28. Estonia: 31
29. Macedonia: 37
30. Kazajstán: 25
31. Japón: 550

Alemania y Francia, junto con algunos otros países europeos de su órbita, se opusieron a la guerra porque mantenían ventajosos acuerdos petrolíferos con Sadam y había demasiados intereses por medio (petróleo, energía nuclear, venta de armas, etc.), incluso a nivel personal.

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